El ejemplo personal y el amor, elementos indispensables para la educación de los hijos.
El ejemplo personal es indispensable en la educación de los hijos.
Dijeron los sabios: "Ama a los seres y acércalos al buen camino", el camino para acercar a la gente a la senda recta es por medio del amor. Por lo tanto, el medio idóneo para acercar a los hijos al buen camino, es el amor.
Cuando un niño recibe de sus padres amor, crece seguro de sí mismo, se ama y cree en sí mismo. Esto es el fundamento de todas las buenes cualidades, pues cuando el espíritu está sano y alegre, hay fuerza para dar, renunciar, entender al prójimo, etc. La persona que no tiene esas fuerzas espirituales, recibidas por medio del amor de sus padres, no se comportará en forma respetuosa y virtuosa con los demás.
Por eso, el amor que los padres dan a sus hijos es la fuerza principal para su éxito en todos los aspectos de la vida.
Hay un error deplorable y muy difundido de los padres que creen que la educación consiste en criticar al niño y censurarle en cada equivocación que comete.
Según su falsa concepción, es muy importante conducirse duramente con el hijo y avergonzarlo "para ponerlo en su lugar", "para que comprenda su error"; también lo comparan con otros niños: "¿por qué no eres como ellos?.
Los resultados de este tipo de "educación" son muy malos: el niño pierde toda su auto-imágen positiva.
Este comportamiento proviene en una gran parte porque los padres quieren que sus hijos se comporten como adultos: educados e inteligentes. Ellos se olvidan que son solo niños y que su comportamiento infantil, con todos sus errores y destrozos, es algo natural y sano.
Si solo recordaran que fueron también niños, seguro desviarían su mirada de muchas de las travesuras de sus hijos, dejándoles vivir su infancia con alegría.
Extraído del Libro: El Jardín de la Fe. Autor: R.S. Arush. pp. 236-239.